Saturnino Martínez Llera - Reseña:

OBREROS

SATURNINO MARTÍNEZ LLERA

    Nací el año 1920 en el seno de una familia cristiana, teniendo su membresía como creyentes, mis padres y mi abuelo paterno, en la iglesia que hoy día y desde 1933, se reúne en la calle Duque de Sesto, 6, Madrid. Me bauticé en dicha iglesia el día 1 de julio de 1935. Pocos años después lo hicieron también mi hermana, ya con el Señor, y mis dos hermanos, Juan y Alejandro.


    En el año 1938, conocí a Ana, la que hoy es mi esposa, entonces no era creyente, aunque sí muy católica. Enseguida la invité a venir a los cultos en Duque de Sesto, y ya el primer día dijo: "Esto es lo que yo buscaba". Enseguida dio testimonio y se bautizó en 1939. Formalizamos nuestro noviazgo y nos casamos el 8 de junio de 1947. Al año siguiente el Señor nos dio a Ana Mari, nuestra única hija, y el Señor se la llevó con Él en noviembre de 1988. Hasta aquí una reseña de los datos familiares.


    En cuanto a mi llamamiento y plena dedicación a la obra del Señor, pues a los muy pocos años de mi testimonio y bautismo comprendí que la salvación implicaba servicio, y por ello y antes de mi dedicación plena colaboraba cuanto podía en la obra del Señor, y mi esposa juntamente conmigo, tanto en nuestro noviazgo como en nuestro matrimonio. Nuestro trabajo se desarrollaba en nuestra propia iglesia, que entonces era Duque de Sesto y Vallecas. Se extendió entonces el ministerio por nuestra parte a la asamblea en Plasencia desde sus inicios con los primeros bautizados en 1962, el día 15 de Julio. Durante varios años estuvimos visitando y ministrando la Palabra en Plasencia juntamente con otros hermanos. También la asamblea en Linares, fue objeto de nuestro amor y ministerio durante unos años, igualmente en colaboración con otros hermanos miembros de la iglesia en Duque de Sesto.


    En lo que se refiere a mi llamamiento y encomendación para una plena dedicación, ya hacía un tiempo que yo venía viendo dicha necesidad, pero no acababa de ver claro cómo solucionar esto, pues no me veía yo como obrero del Señor plenamente dedicado. Pero, en la primavera de 1969 se hizo más patente la necesidad de tomar una decisión firme, pues dadas las necesidades de la obra entonces vi que no era posible colaborar debidamente y mantenerme en mi trabajo secular. Oraciones de varios hermanos y conversaciones con ellos me dieron la visión necesaria para dar este paso de fe en plena dedicación a la obra del Señor, que para mí era algo muy solemne y por lo mismo no podía hacerse a la ligera. Huelga decir que todo esto era compartido con mi esposa, quien estaba muy de acuerdo con esto y en la adecuada condición de fe para esta nueva andadura en nuestro ministerio. Y desde luego todo en plena comunión con los ancianos y demás hermanos en nuestra propia iglesia en Duque de Sesto. Además de estar orando en Duque de Sesto, se identificaron y nos ayudaron con oración desde la primavera arriba indicada y hasta la encomendación a la gracia de Dios para nuestra plena dedicación a su obra. Este acto tuvo lugar el día 13 de septiembre de 1969, en el local de la iglesia en C/ Trafalgar, 32 amablemente cedido por los ancianos de

dicha iglesia. Se asociaron con nosotros en este culto, con gran amor y comunión, las otras dos asambleas de Madrid, que eran las de C/ Trafalgar, 32 la de C/ Espinar, hoy Pinzón.


    Esta dedicación y encomendación dio lugar a ampliar nuestro ministerio, tanto en la obra pastoral y de colaboración en la evangelización, en nuestra propia iglesia de Duque de Sesto-Vallecas, en Plasencia, y desde 1974 con la obra en Alcalá de Henares recién iniciada. Se amplió también el ministerio pudiendo atender con más tiempo y libertad las invitaciones de iglesias en otros lugares de España. Me permitió poder colaborar también con algunas obras auxiliares. Hoy en día, el trabajo ha quedado algo más limitado, o quizás bastante más. Pero damos gracias al Señor por las fuerzas y ánimo que él nos suministra, para poder seguir colaborando de alguna manera en su obra.


****


  Desde el 31 de mayo de 2003 residió en el Hogar de Ancianos “La Granja” de Linares. Llegó allí acompañado de su esposa Ana, quien falleció el 10 de agosto del mismo año. Desde entonces él continuó su ministerio en el Hogar, llevando la Palabra y haciendo obra pastoral. También ministraba la Palabra en las iglesias de la zona que lo invitaban.

   

      Lo increíble de todo es que, aunque padeciendo degeneración macular que le impedía leer y escribir, esto no le impidió estar así de activo en la Obra del Señor.


****


   Saturnino Martínez Llera, partió a la presencia del Amado el día 11 de Febrero de 2.011 a las 7 de la mañana, desde el Hogar de Ancianos La Granja, de Linares.

 

     Hasta el último momento estuvo sirviendo en esta Iglesia del Hogar y ayudando en la Obra del Señor en esta zona, además de aportar su gran experiencia en asuntos espirituales, de consulta y consejería cristiana.


BIENVENIDA.html

Lugar de Nacimiento: Madrid Fecha de Nacimiento: 1920

Estado: Con el Señor.
Lugar de residencia:
Linares

Hijos: Sin hijos.

SATURNINO MARTÍNEZ LLERA

OBREROSOBREROS.html
INICIOBIENVENIDA.html

    Sobre las 7.00 horas del viernes 11 de febrero de 2011, en el Hogar de Ancianos de Linares, nuestro muy querido y estimado hermano, obrero del Señor a pleno tiempo, Saturnino Martínez Llera, fue incorporado a su morada eterna, como beneficiario de la petición que con intenso deseo el Señor Jesús le presentó al Padre: “quiero que donde yo estoy, ellos también estén conmigo”. Había cumplido 91 años el día anterior.

    “Habiendo servido a su propia generación, según la voluntad de Dios, durmió”. Bien podemos aplicar estas palabras del apóstol Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia, a la vida del hermano que ha partido. Desde que le conocimos, incluso durante su etapa de trabajo secular, siempre lo hemos visto sirviendo al Señor y a su pueblo personificado en las iglesias locales. Anciano, pastor, obispo fueron servicios desempeñados por Satur, con gran fidelidad, constancia y entusiasmo eficaz. Y a partir del 13 de septiembre de 1969, como Obrero, encomendado por la asamblea de Madrid-Duque de Sesto-Vallecas, e incorporado en FONDEVÁN, donde había servido anteriormente como consejero.

    Su aprecio por los hermanos y por la iglesia local fueron notables. La comunión cristiana en el amor fraternal ocasionaban en él un disfrute que no podía disimular ni palidecer. Encontrarse con Satur y Anita, su esposa, era una fiesta; ningún hermano o hermana eran una más, “a secas”, sino una de aquellos por quienes Cristo murió. Su carácter afable, compasivo y sincero le permitió ser de inestimable ayuda en momentos duros y amargos de conflictos eclesiales.

    “¿Y qué más digo?”, exclama y se pregunta el autor de Hebreos: En FONDEVÁN damos gracias al Señor por todos estos años de servicio gozoso y fiel de nuestro amado Saturnino, e invocamos al buen Dios, haciendo nuestras las palabras de la oración de su Hijo: “La mies es mucha, mas los obreros pocos…” Señor de la mies, envía obreros –como Satur- a Tu mies.

    Nuestra despedida suena con las notas del himno: “Dios te guarda en su santo amor / Hasta el día en que lleguemos / A la patria donde estaremos / Para siempre con el Salvador. En el cielo al fin nos veremos / A los pies de nuestro Salvador / Reunidos todos seremos / Un redil con nuestro buen Pastor.

Saturnino Martínez Llera